Vale, a lo mejor el titular es un poco grandilocuente ya que parece lógico que con cada legislatura más y más diputados estén en las redes sociales. Y, visto así, tampoco es que Twitter lleve tanto tiempo entre nosotros.
Sin embargo, el titular no miente: sea porque hay una gran renovación de diputados, sea porque entran partidos (dicen ellos) renovadores, sea porque la media de edad es más baja, sea porque sus señorías se han concienciado de la importancia de estar en contacto con los ciudadanos en las redes sociales, la cosa es que uno de cada cuatro diputados (un 73,4% para ser exactos) tuitea.
La cosa, claro, no es solo tuitear, es cómo se hace. Hay diputados que se dedican sólo a compartir contenidos e ideas, sin retuitear más que a los suyos y sin hablar con la gente. O, lo que es peor, hay diputados que están en Twitter pero que no tuitean: son sus equipos de campaña o de comunicación quienes lo hacen por ellos y se limitan a hacer de gabinete de comunicación online.
Sea como fuere, cabe suponer que la gente es suficientemente lista y que, además de la fama y las simpatías políticas, premia o castiga que el diputado en cuestión comparta cosas interesantes.
De ahí se sacan algunas cuestiones interesantes. Porque, ¿qué pasaría si en lugar de listas electorales hechas por los partidos funcionáramos con listas abiertas? Difícil saberlo, aunque visto que en el Senado no hay grandes sorpresas y hay listas abiertas (puedes votar a candidatos sueltos, incluso de distintos partidos) quizá no habría tal revolución
En cualquier caso, Twitter puede ser un termómetro para esto. No vamos a ver cuáles son los 350 políticos más votados (digo, seguidos), pero sí los veinte primeros. Y son estos
Curioso ver, por ejemplo, que sólo hay dos miembros de Ciudadanos en el top 20 (Albert Rivera y el recién fichado Toni Cantó), por muchos más de Podemos (Pablo Iglesias, Íñigo Errejón o Juan Carlos Monedero), además de los miembros de las marcas municipales cercanas a la formación izquierdista (Manuela Carmena, Ada Colau…).
En los partidos ‘tradicionales’ apenas hay representantes: tres del PP, tres del PSOE y tres de IU. Hay hueco también para las sorpresas, por ejemplo entre los socialistas, cuyo cabeza visible aún tiene menos popularidad que su predecesor, Alfredo Pérez Rubalcaba.
Cierran la lista tres miembros de la política regional, como son el cántabro Miguel Ángel Revilla, el catalán Oriol Junqueras o el andaluz José Antonio Rodríguez, que quizá te sonará más si te digo que es el alcalde de Jun.
¿Y qué pasa con los partidos?
Si se contaran los escaños de las marcas electorales sólo por si sus representantes tienen cuenta de Twitter el resultado sería este
Eso sí, si las elecciones hubieran sido cosa de seguidores en Twitter la cosa hubiera sido bien diferente. Hay partidos con muchos seguidores, como UPyD, que se han quedado fuera, y otros cuya masa de seguidores no se han pasado a sus nuevas siglas (como IU, el tercero con más followers con 314.664, muy por encima de Unidad Popular, con sólo 19.381, o Convergència, con 118.178, muy por encima de Democràcia i Llibertat, con 24.802)
La cosa quedaría así
Ahora falta ver si el uso de la tecnología ayuda a sus señorías a empezar la legislatura con buen pie, no sea cosa que seamos los ciudadanos los que les hagamos ‘unfollow’