Cuando Alberto Garzón nació Rosa Díez ya tenía dos hijos, Diego, de nueve años, y Olaya, de dos. Además, era vicepresidenta de las Juntas Generales de Vizcaya. Por aquel entonces Mariano Rajoy aún no tenía hijos, pero ya le había dado tiempo a ser elegido diputado nacional, concejal en Pontevedra y presidente de la Diputación de la misma provincia.
Esos son los contrastes más extremos que muestran las diferencias de edad entre los supuestos candidatos de las próximas elecciones generales, pero no son los únicos.
Y es que, aunque no se sabe todavía quiénes serán los candidatos, sí parecen tomar cuerpo seis nombres que muestran varias cosas: una, que las próximas elecciones no serán cosa de dos, sino de seis (no por poder ganar, pero sí por poder conformar pactos); y dos, que hay bloques de edad claramente diferenciados.
¿Es la edad de los candidatos tan determinante en realidad? En política pocas cosas son imprescindibles, aunque muchas son importantes
¿Es la edad de los candidatos tan determinante en realidad? En política pocas cosas son imprescindibles, aunque muchas son importantes. Tener un discurso potente es importante, pero se puede ganar sin tenerlo. Tener carisma es importante, pero se puede ganar sin tenerlo. Tener programa electoral es importante, pero se puede gobernar sin cumplirlo. Incluso ser honrado es importante, pero se puede ir en listas electorales estando imputado…
La edad es sólo una cosa más. Y así lo repiten, indignados, algunos dirigentes políticos de los partidos clásicos: la edad no significa nada, ser mayor no implica no valer para ser candidato, ni ser joven hace mejor a otro candidato. Y tienen razón. El problema es que en un momento de enorme desafección política, los ciudadanos buscan opciones nuevas, caras nuevas. Y para ellos la edad es importante.
Y por eso las próximas elecciones generales, que se celebrarán en el plazo máximo de once meses, no sólo serán una batalla inédita entre seis fuerzas políticas de peso, sino también una batalla generacional.
A un extremo destacan los presumibles candidatos de PP y UPyD. El próximo 20 de noviembre (por poner una fecha concreta, justo cuatro años después de la última convocatoria) Rosa Díez tendrá 63 años, mientras que el presidente del Gobierno y candidato del PP -dicho por él mismo- tendrá 60 años.
¿Son mayores? En realidad no tanto, pero si se compara con la edad de quienes han ganado las elecciones generales en nuestra democracia, sí. Porque España no ha elegido nunca a un presidente del Gobierno veterano.
El benjamín del grupo fue Felipe González, que ganó las elecciones con 40 años. Tras él, hasta tres presidentes que tenían la misma edad, 43 años, cuando ganaron: Adolfo Suárez, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero.
El ‘mayor’ del grupo de presidentes es Mariano Rajoy, que ganó con 56 años, contando incluso con Leopoldo Calvo-Sotelo, que no ganó en las elecciones pero fue elegido presidente por el Congreso tras la dimisión de Suárez con 55 años.
Visto esto Pedro Sánchez tiene un motivo para sonreír, aunque sólo sea por la estadística: justo serán 43 los años que tenga el 20 de noviembre. Contando, claro, con que sea él el candidato, porque tiene pendiente las primarias y muy tocado el liderazgo. Y, puestos a ser malos, una de cal y una de arena: si por algún casual la candidata socialista fuera Susana Díaz, aún sería más joven: tendría los 41 años recién cumplidos. Casi tanto como González cuando ganó, de hecho.
Pero andan las cosas tan revueltas que para Sánchez o Díaz el ser ‘cuarentones’ podría irles en contra. Otros tres supuestos candidatos a las generales son aún más jóvenes que ellos. Tanto que, aunque sea una mera cuestión simbólica, ninguno de los tres conoció a Franco, ni casi la Transición.
El ‘mayor’ de ellos es Pablo Iglesias, líder de Podemos, que contará 37 años para las generales. Nació con Franco muerto y la democracia más que encaminada, apenas unos meses antes de la firma de la Constitución. El líder de Ciutadans, Albert Rivera, nació un año más tarde, en 1979, ya con la democracia en marcha y Adolfo Suárez en el Gobierno.
El más joven de todos es, de hecho, el único que ya tiene confirmada su presencia como cabeza de lista: Alberto Garzón, de Izquierda Unida, nació en 1985, con Felipe González ya en la Moncloa y España casi en la OTAN. Para las generales acabará de cumplir los 30 años, lo que es exactamente la mitad que Rajoy y menos de la mitad que Rosa Díez.
Ahora falta por ver si la renovación política depende o no de la renovación generacional en los partidos. O, al menos, cómo lo entienden los votantes.