🗞️ Los medios no votan, pero los medios median

Para tener una visión del mundo primero hay que estar informado. Suena lógico, ¿verdad? El problema es que en los medios eso acaba siendo literal, pero a la inversa: más que informar lo que hacen es proporcionar cierta visión del mundo. 

Esta semana hablamos de medios, opinión y política, que son tres formas similares de decir casi lo mismo.

Al lío 👇🏻

👓 Punto uno: es mi realidad y me la construyo como quiero

Eso de ‘mi realidad’ lo cantaban hace años los Lori Meyers, y decían eso de “psicoanalistas deprimí con un trastorno bipolar”. Efectivamente, a base de construirnos cada cual nuestra realidad nos hemos ido bipolarizando (políticamente hablando, claro). 

Cada vez es más difícil añadir matices a algo, verle el gris al negro o al blanco, o intercambiar opiniones de forma sosegada. Y no, no es cosa sólo de las redes sociales, ni tampoco algo sólo español: es un fenómeno global.

Polarización en EEUU a lo largo de los años (Fuente: Pew Research Center)

Esa construcción de nuestra realidad empieza siempre por la selección de referentes. A quién prestamos atención o quién dejamos que nos influya determina qué visión tendremos del mundo. Y eso sucede con líderes de opinión (padres, profesores, amigos, entorno, influencers) y también con medios de comunicación. Aunque no los leas.

Fíjate en un hecho curioso: sabemos sin atisbo de dudas la ideología de cada medio de comunicación, pero seguramente nos costará recordar nombres de sus periodistas o titulares de sus grandes historias.

Porque sí, los medios tienen ideología. ¿Y eso qué es? Una visión del mundo. Política, pero mucho más que eso: moral, percepción de lo social, de lo público, de lo que sucede fuera de nuestro país, de la movilidad, el urbanismo o la ecología. Cualquier cosa. Qué temas elige cubrir cada medio y qué temas no, qué importancia le dan a cada cosa, de qué forma ordenan y qué elementos usan para contarlo: todo eso es ideología.

Y sí, esa visión de la realidad nos condiciona y genera ‘marcos’ a través de los que juzgamos el mundo. Todo eso nos llega aunque no consumamos medios, porque las redes sociales y plataformas de mensajería hacen de correa de transmisión con idéntico efecto: si sigues sólo a gente que piensa como tú acabarás accediendo a una visión del mundo compatible con la tuya. No me digas qué proponen, sólo dime quién lo propone y entonces te diré si me gusta o no.

😶‍🌫️ Punto dos: ¿mejor insinuar ideas o enseñarlas sin más?

Siguiendo esa lógica, si eres de izquierdas leerás (o accederás a información de) El País o El Periódico de España. Si eres muy de izquierdas entonces serán ElDiario.es, La Marea, Público o InfoLibre. Si eres de derechas te pasará con El Mundo, El Confidencial o Voz Pópuli. Si eres muy de derechas, con La Razón o El Español. Y si no sigues ese patrón… enhorabuena porque eres capaz de escapar de la rueda de hamster.

Llegados a este punto casi seguro que casi todos los dirigentes de los medios citados negarían la mayor: ‘nosotros somos objetivos y contamos lo que otros callan, eso no nos hace ser de (derecha o izquierdas, según convenga)’. Algo así dirían. Y añadirán que trabajan “en libertad” o “sin complejos” si son de derechas o “comprometidos” o “independientes” sin son de izquierdas. No suele fallar.

Porque en nuestro país la ideología de los medios se intuye -por decirlo suavemente-, pero no se explicita. Son ideológicos, pero juegan a pretender que no lo son. No es cosa suya, es la tradición periodística latina.

Uno de los pocos que rompió esa tradición fue Pedro J. Ramírez allá por 2014 cuando hizo público que votaría a UPyD. A ver, no es que fuera una sorpresa, pero sí una novedad.

En otros países la tradición es otra, como muestra esta barra de colores.

Se trata de una representación gráfica, hecha en 2016, del candidato presidencial para el que The New York Times ha pedido el voto a lo largo de la historia. Como se aprecia claramente si eres el candidato demócrata (azul) y el NYT no te apoya es que algo muy raro pasa. En las elecciones presidenciales de 2020 también tomaron partido, adivina por quién.

Igual que el hábito español se enmarca en la tradición periodística latina, esa transparencia estadounidense se enmarca en otra tradición periodística, la anglosajona. Por tanto, también es fácil ver por qué partido apostó cada cabecera británica, como recogió The Guardian en 2010 (arriba a la derecha). Justo debajo hay otro gráfico que llega hasta 2017 sacado de aquí.

📢 Punto tres: medios que no piensan como sus humanos

De una u otra forma, se opina. Algunos lo hacen de forma directa, otros pretendiendo ser más sutiles: la elección de una fotografía o un recorte determinado, el uso de un adjetivo o un apelativo concreto o la recurrencia a la hora de abordar un tema también implica ideología. Hay medios para los que Venezuela es casi como una provincia española pero para los que no existen los abusos de la Iglesia; hay otros en los que sólo hay corrupción cuando gobierna un partido político que no es su preferido, o uno de sus aliados.

Lo de la transparencia ideológica es algo cultural. Así, en Reino Unido también se pueden encontrar encuestas que recogen a qué partidos votan los lectores de cada medio, lo que aporta datos interesantes si se cruza con el listado de peticiones de voto de arriba.

Porque, ¿de dónde le viene la ideología a un medio? ¿Acaso todos sus trabajadores tienen un punto de vista similar, y por tanto la visión del mundo surge como algo natural? En absoluto, de hecho casi es al revés: conozco muchos casos de redacciones indignadas con sus editoriales (artículos en los que se muestra la opinión ‘oficial’ del medio).

Y eso por no hablar de los cambios dentro de los medios: El País de Antonio Caño no es el de Soledad Gallego-Díaz, como el ABC de José Antonio Zarzalejos no era el de Bieito Rubido. Los medios no sólo tienen ideología, sino que se modula en función no de quién trabaja en ellos, sino de quién los gestiona.

Al final, para cerrar el círculo, todo lo marca la audiencia: muchos no quieren leer noticias, sino una visión del mundo que encaje con la suya y con la que se sientan cómodos porque confirma sus ideas. Igual que cuando los votantes retiran su apoyo a un partido que cambia de línea política. En el fondo partidos y medios parecen funcionar igual.

Y es que si lo piensas son los medios los que encuadran la foto en la que salen los partidos ¿O era al revés?

🧐 Uniendo los puntos

Dime, ¿tú qué prefieres? ¿Un medio que haga campaña por un candidato o uno que esconda sus preferencias aunque sean evidentes?

El sábado te mando algunas recomendaciones para profundizar en el tema 👋🏻