La primera idea que parece clara tras la noche electoral es que en Galicia ha ganado Rajoy, que se sometía al primer plebiscito de sus medidas económicas tras un año de Gobierno. Y lo ha hecho de tal forma que su victoria encierra también una derrota para Rubalcaba: pasar de 25 a 18 escaños ha cortado en seco la remontada que parecía darse en Andalucía y Asturias.
La segunda es que el resultado gallego da a Rajoy un aval internacional, una bocanada de aire en un momento de debilidad tras tantos recortes y protesta ciudadana. La tercera es más bien una pregunta: igual que no hubo Presupuestos hasta que pasaron las elecciones andaluzas, ¿habrá rescate ahora que han pasado las gallegas en las que tanto se jugaba?
Las claves gallegas dejan algunas sorpresas. La holgada victoria de Feijóo le coloca como un poderoso barón territorial que ha ganado fuerza contracorriente. Además, el PSOE ve peligrar su papel hegemónico como fuerza de izquierdas, ya que las otras formaciones del nuevo Parlamento gallego suman tanta fuerza como ellos. El golpe a los socialistas, especialmente a Rubalcaba, ya ha azuzado a los críticos y evidencia la necesidad de fijar las reglas de un sistema de primarias como el prometido por el secretario general.
No parece raro pensar que sea la izquierda la que más sufra el creciente descontento ciudadano con la política, ya que afecta especialmente a su electorado. Pero que la formación emergente de la izquierda gallega la encabece un Beiras de 76 años y no un Partido Socialista que paga no haberse renovado de verdad tras la salida de Zapatero debería invitar al debate interno.
El Parlamento gallego, más plural ahora con cuatro formaciones, ha visto renacer el nacionalismo sobre el cadáver del BNG: Beiras ha elevado a Anova sobre su antigua formación, dando cancha a IU y Equo y canalizando el descontento progresista. No han triunfado de la misma forma otras apuestas, como UPyD, CXG o el SPD de Mario Conde.
Un Euskadi inédito
En Euskadi se dibuja un mapa electoral mucho más representativo: sin la violencia de ETA por primera vez y con todas las fuerzas políticas legalizadas tras más de una década de Ley de Partidos. Gana el PNV con algo más de ventaja sobre EH Bildu de la que se esperaba, pero quien gana de verdad es el nacionalismo con dos de cada tres diputados de la Cámara. Y eso a pesar de que los abertzales han tocado techo sólo en parte: baten su récord de diputados con 21, pero no el de votos que logró Amaiur en las generales del año pasado ni el de porcentaje que consiguió Bildu unos meses antes.
El derrumbe de las fuerzas nacionales es más evidente a la izquierda, donde cae con fuerza el PSE de Patxi López y desaparece una IU que ha vivido su enésima escisión. Pero también abre un interrogante en el PP: la caída de Basagoiti deja en evidencia que hace una década Mayor Oreja y los considerados ‘duros’, hoy alejados de la formación, consiguieron el doble de escaños ¿Será eso objeto de problemas para Génova o, más bien al contrario, tener un ‘enemigo’ político tan fuerte como el nacionalismo dominante será una ventaja frente a las bases?
La clave ahora estará en ver qué decide hacer el PNV. Puede gobernar en solitario con acuerdos puntuales porque el principal partido de la oposición, EH Bildu, tiene complicado lograr apoyos como para hacerle frente. Puede también optar por una improbable vía soberanista pactando con los abertzales o podría buscar estabilidad con un acuerdo con el PSE que endulce a Ferraz la derrota y, quién sabe, sirva de toma de contacto para acuerdos futuros en Madrid.
¿Y los sondeos?
Nuevas elecciones, nuevos sondeos electorales desacertados. El PP no ha tenido problemas para renovar su mayoría absoluta en Galicia, y el PNV ha disfrutado de una mayoría más holgada de lo que todos pronosticaron.
En Galicia PP ha ampliado su mayoría absoluta con 41 escaños en Galicia, cifra que ninguna de las encuestas dio. Tampoco acertó ningún sondeo con la debacle socialista, que se queda con 18 escaños. Ni siquiera acertaron con el orden de los partidos, ya que sólo el sondeo a pie de urna de la noche electoral puso a la coalición Anova por encima del BNG.
El más desacertado, el del CIS que daba al PP tres menos de los que ha tenido, al PSdeG entre cinco y seis más de los que ha tenido, al BNG casi el doble de los que ha logrado… y a Anova sólo uno de los nueve con los que irrumpe.
CIS | La Voz | El Faro | SER | TVG | |
PP | 38 | 39 | 39 | 37-38 | 40 |
PSdeG | 23-24 | 21 | 23 | 19-20 | 19 |
BNG | 12-13 | 10 | 10 | 11-12 | 7 |
Anova | 1 | 5 | 3 | 6-7 | 9 |
En Euskadi ni el Gobierno vasco, ni la SER ni la EiTB a pie de urna acertaron: el empate técnico entre PNV y EH Bildu no ha sido tal. Tampoco acertaron el CIS, Gara o El Correo dando escaños a una IU que ha desaparecido del Parlamento Vasco o no contando con que UPyD conseguiría renovar su asiento, como finalmente ha hecho.
CIS | Gara | Correo | Gobierno | SER | EiTB | |
PNV | 27 | 26 | 26 | 25 | 26 | 25-26 |
EH Bildu | 21-22 | 22 | 21 | 22 | 24 | 24-25 |
PSE | 14 | 14 | 15-16 | 16-17 | 14-15 | 14 |
PP | 9-10 | 11 | 10 | 10 | 9-10 | 10 |
Ez Anitza | 3 | 2 | 2-3 | 0-1 | 0-1 | 0-1 |
UPyD | 0 | 0 | 0-1 | 1 | 1 | 0-1 |