España sigue siendo un país de dos partidos, pero menos que ayer. El 73.35% de los electores ha votado por populares o socialistas, es decir, casi tres de cada cuatro. Pero si se compara con la suma de sus resultados en las últimas generales hay un descenso evidente: entonces el 83,81% de los votantes se decantaron por alguno de los dos partidos mayoritarios. En tres años y medio son más de diez puntos de bajón. Pero, ¿a qué se debe ese bajón?
Por una parte se debe al derrumbe del PSOE: el PP apenas ha aumentado en votos -tuvo 10.278.010 votos en 2008 y ha tenido 10.830.693 en 2011, por lo que ‘sólo’ ha conseguido 552.683 más que se traducen en 32 escaños-. Por su parte el PSOE ha pasado de los 11.289.335 de 2008 a los 6.979.880 de ahora, lo que significa la friolera de 4.309.455 votos menos.
De esa variación se desprende que la pérdida de votos de los socialistas no ha repercutido directamente en los populares, sino más bien en una pléyade de partidos. Algunos de ellos repiten y crecen, como IU -que pasa de dos a once diputados como tercera fuerza nacional-, CiU -que pasa de 10 a 16 escaños como quinta fuerza- o UPyD -que pasa de 1 a 5 escaños como cuarta fuerza-.
Otros repiten con igual número de escaños, como ERC, BNG o CC, y también está el PNV, que pierde fuerza un escaño y pasa a tener cinco.
En la legislatura que ahora comienza podrían existir hasta siete grupos parlamentarios en caso de que la Mesa del Congreso así lo autorizara: la Ley marca que para conseguirlo se necesitan al menos cinco escaños y un 5% de los votos, requisito este último que en ocasiones anteriores se ha eliminado para que fuerzas nacionalistas con amplia representación pudieran conformarlo. UPyD y PNV estarían en esta situación.
Los que repiten y los que llegan
Los nuevos son cuatro fuerzas con un perfil bien diferente. Desde Euskadi Amaiur irrumpe como la sexta fuerza más votada y rompiendo el techo histórico de la izquierda abertzale, con 333.628 votos y siete escaños. Desde Valencia llega Compromís, un partido izquierdista y catalanista, con 125.150 votos y un escaño.
Desde Asturias entra el FAC de Álvarez Cascos con 99.173 votos y otro escaño. Y desde Navarra entra Geroa Bai, el grupo formado por Uxue Barkos y otros miembros de Nafarroa Bai que no quisieron integrarse en Amaiur, con apenas 42.411 y otro escaño.
Si este Parlamento no ha sido el más plural de la historia ha sido por bien poco: Equo sumó 215.776 votos y se quedó a las puertas de convertirse en la decimocuarta fuerza parlamentaria. Hasta el partido animalista PACMA ha logrado romper la barrera de los 100.000 votos, una cota que hasta ahora siempre había garantizado presencia parlamentaria… hasta estas elecciones.
Y eso por no citar a fuerzas que antaño estuvieron en el Congreso y que en estas elecciones han renunciado a presentarse por sí solas para integrarse con otras. Es el caso del PAR aragonés y de UPN en Navarra, que han concurrido de la mano del PP.
Sólo hay dos precedentes de Parlamentos tan plurales: en 1979 y en 1989, cuando también trece fuerzas políticas entraron en el Congreso. Y si se comparan las fuerzas que estaban presentes en esos tres parlamentos sólo tres fuerzas aparecen en todos ellos: el PSOE, Convergència i Unió y el PNV, además de AP en lugar del PP y el PCE en lugar de Izquierda Unida.
El último grupo, el mixto, sería más numeroso que hasta ahora: de los cinco partidos que lo conformaban hasta ahora se pasaría a un grupo con seis compañeros de viaje. En él compartirían representación partidos conservadores como el FAC asturiano y CC por Canarias con otros progresistas como ERC por Cataluña, BNG por Galicia, Geroa Bai por Navarra y Compromís por Valencia. En total, diez escaños de partidos con intereses territoriales e ideológicos más que divergentes.