Francisco Frutos, dirigente de IU, en la noche electoral de 2015 (Fuente: Agencias)
Francisco Frutos, dirigente de IU, en la noche electoral de 2015 (Fuente: Agencias)

🖼️ Se vende marco de 2015

La unidad sigue siendo el animal mitológico favorito de la izquierda española. En plena escalada de acusaciones cruzadas, el calendario electoral marca el relato. Todo recuerda a 2015 cuando empezó un ciclo político al que algunos se aferran. En concreto, a aquella imagen de Francisco Frutos lamentando la debacle de IU en las municipales que encumbraron al primer Podemos. Ahí se acabaron las reticencias de la minoría que bloqueaba lo inevitable: converger o morir.

🚫 Punto uno: enemigos todos

Pablo Iglesias me bloqueó el otro día en Twitter. La verdad, no sé por qué me seguía: no nos conocemos en persona, apenas cruzamos unas líneas por mensaje y no creo que mi actividad tuitera le aportara demasiado. Lo esperable era que dejara de seguirme, como también hizo en su día Albert Rivera, pero un bloqueo es algo más que eso.

Todo vino después de un tuit comentando lo que había dicho en el espacio de debate en el que suele hablar en ‘Hora 25’, perfilando sus (draconianas) condiciones como líder espiritual de Podemos para el acuerdo con Sumar.

Un bloqueo es una cancelación. Y no, no voy a ponerme estupendo: ya he dicho en muchas ocasiones que si los periodistas somos también opinadores que censuramos la actividad política, es perfectamente legítimo que los políticos hagan lo propio con los opinadores. Yo, en ese comentario, ejercía de persona, no de periodista: mostraba una opinión. Perfectamente legítimo que no le gustara.

Ahora bien, sea quien sea el bloqueado, es muy significativo que un político bloquee a gente que critica sus posiciones.

Yo, como periodista (ahora sí), intento seguir a gente con la que no estoy de acuerdo. No es fácil, porque todos somos presa de la polarización, y a veces se te atraganta la respuesta entre los dedos. Pero es parte de una rutina autoimpuesta para no dejar de percibir la realidad que existe más allá de mi propia burbuja. Una mera cuestión de salud democrática en la que el bloqueo es casi inexistente.

Pero Pablo Iglesias ahora mismo no está en estas. Da la sensación de que está en intentar salvar un barco que maneja a distancia. Es un barco grande el de Podemos, con una enorme militancia y (todavía) mucho peso político. Pero, con la marejada, parece que se encamina hacia el arrecife del fin de ciclo político y aspira a que parte de la estructura sobreviva, aunque sea temporalmente armando otro navío.

En ese empeño todos los discrepantes parecen enemigos. Y la gestión de los enemigos, cuando sabes que tu única posibilidad de sobrevivir depende de un pacto posterior con ellos, es clave. De ahí los guiños que ahora mismo suenan más bien a trampas, como la participación en actos políticos de unos u otros.

La hemeroteca sugiere que Iglesias no ha sido de hacer prisioneros (Sergio Pascual o Íñigo Errejón son buenos ejemplos), pero también hay casos de lo contrario: Pablo Echenique, por ejemplo. Y la hemeroteca en esto es útil porque parece que Iglesias no se ha desviado ni un ápice del marco argumental que manejaba en 2015, aunque ahora es a él al que se coloca en el lugar de aquel Francisco Frutos. 

🦄 Punto dos: la unidad no se hace, hay que hacerla

Los relatos los escriben quienes pueden escribirlos. Iglesias lo sabe y cambió política por medios para construir el suyo y el de su espacio político con la vista puesta a en nuevo cambio de ciclo en el futuro. 

Igual que Iglesias intenta construir su relato, los demás construyen otro. Y ese, más extendido en la población general, muestra a un líder que debía haberse retirado pero que sigue tutelando los designios de su partido. 

Es un relato más general, más visible, pero no es tan de nicho como el de Iglesias: a él le leen y escuchan quienes votan en ese espacio. Es decir, la versión común resuena más fuerte, pero tiene mucho menos calado entre sus bases.

Por eso Iglesias desoye los avisos de que sería un drama para la izquierda acudir fragmentada a las urnas. Ese cuento ya se ha contado y sabemos el final (basta mirar a la Comunidad de Madrid o Andalucía). Ni siquiera los primeros sondeos que incluyen a Sumar (por orden, El Español, La Razón, El Mundo y ElDiario, más la última abajo, que es de La Vanguardia) sirven para hacerle cambiar de opinión. A fin de cuenta no es inesperado que el resultado para Podemos y Sumar sea mejor juntos que separados. Lo noticioso sería lo contrario.

Por tanto, todo es, en realidad, una cuestión de relato. Ha habido un ciclo que ha demandado radicalidad como respuesta frente al sistema. No es casual que el primer partido ‘nuevo’ en caer haya sido Ciudadanos. Pero vistos los datos, que apuntan a que Podemos y Vox están cayendo parece que el perfil que se busca ahora a izquierda y derecha es más moderado y menos ortodoxo. A excepción hecha de Ayuso.

Los datos del promedio de las encuestas de El Confidencial (arriba), donde Sumar apenas acaba de aparecer, son bastante elocuentes.

❤️‍🩹 Punto tres: ‘Podemos Sumar’ (si ambos quieren)

Por eso Yolanda Díaz es la persona del momento. Conecta con los suyos, es amable de cara a los otros, tiene acreditada experiencia de gestión, no solivianta a los oponentes y tiene una muy elaborada imagen pública. Desde luego, sería una socia mucho más confiable para un nuevo gobierno de coalición, y provocaría mucha menos movilización de la derecha que Iglesias y los suyos. Y eso también construye relato.

Es una versión joven y nacional de lo que Manuela Carmena llegó a ser en Madrid, y con la que por cierto Iglesias también acabó tarifando. Por eso, como le pasó a Carmena, el mayor enemigo de Díaz está dentro y no fuera.

Pero todo esto de la construcción de relatos, como lo de la unidad de la izquierda,  lo llevamos viviendo desde 2014. Es una lucha en la que siempre se describe a una facción más viejuna, encastillada en sus atalayas, que impide el acuerdo y que se aferra a una corriente que parece imponerse, siempre hacia un candidato más seductor. Es justo lo que el propio Iglesias hizo hace años con IU. Solo que, en ese relato generalista, IU es ahora él.

Y eso se refuerza porque Iglesias sigue moviéndose en la lógica de entonces. Por eso intenta retratar a Yolanda Díaz como una “política profesional” que hace cosas tan poco agradables como hacer listas y gestionar dinero. Lo mismo que hizo hace unas semanas con Alberto Garzón, primero enemigo, luego aliado y ahora traidor, señalando que lleva una década siendo cargo público

Los argumentos que maneja Iglesias contra sus (ahora) enemigos son los mismos de 2014, cuando Podemos seducía e IU y el bipartidismo eran ‘lo viejo’, los que llevan tiempo ahí, los que se habían institucionalizado, quienes habían hecho de la política una profesión. 

El problema es que entonces el discurso giraba alrededor de las ideas de renovación, y por tanto el relato funcionaba. Pero el relato ahora ha cambiado: al electorado de izquierdas le preocupa la desunión y cómo ésta abre la puerta del poder a la ultraderecha. Como decía mi abuela, el cementerio está lleno de gente imprescindible. Y en política los nichos están a rebosar, añadiría yo.

🤔 Uniendo los puntos

El ciclo de 2015 ya no vive, pero su relato sigue. El devenir de los acontecimientos apunta a que no hay tiempo para el acuerdo antes de las elecciones de mayo, así que habrá que ver lo duro que será el castigo electoral para calibrar si pesa más el ansia de supervivencia que los incentivos individuales de cara a un acuerdo.

Aquí va una previsión: guerra hasta pasadas las municipales y autonómicas de mayo y negociación exprés y apelación a la épica para las generales de diciembre.

🪡 Puntadas sin hilo

Abro una nueva sección, en la que habrá tres apuntes sobre cosas que no están hilados con el tema de arriba:

1️⃣ 1UP. A Mario Draghi le apodaban ‘Super Mario Draghi’, por aquello del nombre y de ser italiano. El Financial Times, cuando era la cara visible del BCE, explicaba que se había ganado el apodo tiempo atrás por su capacidad de ir ‘recogiendo monedas de aquí y de allá’ mientras resolvía complicadas pantallas con pruebas y enemigos inesperados. No era, sin embargo, un personaje simpático. Al menos hasta su despedida, con un también inesperado chiste autoparódico.

2️⃣ Gol. El presidente del Barça ha cargado contra el Real Madrid como forma de defenderse del escándalo en el que anda liado en su club. Ha sorprendido el furor del ataque porque no le vale para defenderse y porque rompe su entente cordial para crear una nueva competición internacional. Pero más ha sorprendido la respuesta del club blanco, poco dado a estas cosas, señalando al equipo catalán como el más beneficiado por el franquismo.

3️⃣ Puzzle. Las fronteras son, muchas veces, convenciones artificiales. Hay Estados en EEUU casi cuadrados, igual que hay particiones en África hechas con escuadra y cartabón. Pero también hay casos que, siendo igual o más artificiales, tienen un aspecto muy diferente. Es el caso de Baarle-Hertog (en Bélgica) y Baarle-Nassau (en Países Bajos), ¿una? localidad partida en una veintena de trozos, algunos de ellos en un país o en el otro.

Ahora sí, descansa, te escribo en breve 👋🏻