(Lupe de la Vallina para Jot Down)
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Enrique Meneses: «Un periodista es los ojos y los oídos de la sociedad»

Desde la guerra del Canal de Suez hasta Sierra Maestra con Fidel y el ‘Ché’, desde entrevistar al Rey Hussein de Jordania, hasta cubrir el asedio de Sarajevo. Una conversación con Enrique Meneses, memoria viviente de nuestro periodismo. Pronto publicará sus memorias bajo el título ‘Hasta aquí hemos llegado’. ¿Hasta aquí?

Viendo por encima su biografía, usted es un monstruo del periodismo actual. Pese a todo lo que ha hecho como profesional, ¿se quedó con ganas de hacer algo?
Probablemente ir al Tíbet. Le pedí al Dalai Lama ver a los Khampas (deletrea el nombre, consciente de que al otro lado del teléfono se le escucha con cuaderno en mano), que fue la tribu que le ayudó a huir. Lo que pasa es que no me dejó verlos porque no le ayudaron por fe, sino por lo que les pagó para ello.
De veterano periodista a moderno blogger ¿Qué le parecen estas nuevas tecnologías aplicadas a la profesión?
Me parece algo estupendo. A mí me interesan por dos razones: porque me gusta todo lo que sea novedad y porque, por limitaciones de salud, me resulta muy cómodo poder escribir desde casa. Llega un momento en el que se deben capitalizar los conocimientos y vivencias adquiridos: he estado con Nasser, con el Rey Hussein de Jordania, en Sierra Maestra con Fidel y el ‘Ché’, con Abd-el-Krim…. Me di cuenta durante el asedio a Sarajevo que no podía cruzar corriendo la avenida para huir de los francotiradores cargado con las cámaras, y eso era demasiado riesgo.
Dicen que los nuevos periodistas no tienen vocación, como profesor de fotoperiodismo ¿qué opina al respecto?
Creo que nunca serás un gran poeta detrás de las rejas de un banco: es mejor pasar hambre y conseguir lo que quieres. Cada uno debe tener claro qué quiere conseguir, si no quieres ser periodista, hazte funcionario. Creo que hoy en día, más que saber que ‘haber’ se escribe con ‘h’ , es fundamental saber inglés y francés como mínimo, y saber de fotografía para poder enviar imágenes.
Nunca serás un gran poeta detrás de las rejas de un banco: es mejor pasar hambre y conseguir lo que quieres.
Yo no aceptaría trabajar de becario sin cobrar lo que me corresponde, matándome a trabajar; por eso me fui de España y no volví hasta que los Luca de Tena me dijeron que la cosa estaba mejor, que se pagaba más. Si trabajas como ‘‘freelance’’ cubres los temas que quieres cubrir y puedes venderlo a los medios, pero la gente no se atreve a dar ese paso.
Pero hoy parece que todo está cubierto, quizá fuera más fácil entonces, ahora hay periodistas en todas partes
Antes éramos pocos para repartir una tarta muy pequeña, hoy sois muchísimos, pero la tarta es enorme. El periodismo es un trabajo que la sociedad necesita: un periodista es los ojos y los oídos de la sociedad, por lo que eres bastante más importante que el policía que te intenta impedir que tomes imágenes: él es un mandado, pero tú eres un enviado, y es una gran diferencia.
¿Ha cambiado tanto el periodismo de entonces respecto al de ahora?

El mundo ha cambiado completamente y el periodismo también. Hoy en día han mejorado enormemente las transmisiones, en el 53 enviar crónicas desde Egipto era complicadísimo, hoy en día todo son satélites y directos.

El problema es que se abusa del enviado especial como recurso para demostrar el poder de la cadena; por ejemplo, que María Teresa Campos llame a Jon Sistiaga para que atienda a un grupo de mujeres sin tener en cuenta que, por el cambio horario, allí son las 3 de la mañana…

Yo lo advertí a mis compañeros: como no protestéis, un día os colocarán una antena en el culo para conectar con la radio asociada a la cadena para la que trabajáis.