Iñaki Soto es el director de Gara desde principios de este año. Es el cuarto diario generalista de Euskadi, según datos de CIES, a corta distancia del tercero. El relevo se ha percibido como una muestra de cambio en la izquierda abertzale, pero él lo niega. Más bien considera que son los demás los que han cambiado. “Se han caído muchos prejuicios sobre Gara. Algunos se sorprenden de que tengamos sección de Deportes, o un crítico de Jazz, o que en nuestra parrilla televisiva salga Antena 3”, comenta.
La postura editorial del periódico es como la suya: “Defendimos el escenario deseable, no sólo para Gara y sus lectores, sino para toda la sociedad, algo que se culminó cuando planteamos que con Bildu legal gana todo el mundo: creemos que en este escenario ganan incluso aquellos que no son conscientes de que es así”.
Camisa de lino blanca, pantalón vaquero y un aro en su oreja izquierda, nos recibe en su despacho en la redacción, ubicada a las afueras de San Sebastián.
Pero hay algo de pervertido en esa visión de la violencia en Euskadi porque sólo se ve una parte de la violencia y porque qué mejor escenario podemos encontrar para que ETA deje las armas que el que tenemos, en el que ETA no utiliza esas armas. Sin embargo, editorializan en contra de esta situación. Los muertos para mí son sagrados, pero por desgracia los vivos casi nunca lo son.
El sufrimiento de esas familias no sé si es equiparable, pero es particular y hay que entenderlo y respetarlo
No, no son lo mismo. Sobre la violencia hay un discurso falaz que no sirve para entender la realidad, que distorsiona el hecho político de la realidad vasca. No son lo mismo por muchas razones. El sufrimiento de esas familias no sé si es equiparable, pero es particular y hay que entenderlo y respetarlo, algo que podremos hacer sólo si empatizamos con ambas partes. No puede establecerse una competición de sufrimiento.
Se habla del ejemplo del preso, pero ahí a quien se está castigando es al familiar, que en ningún caso ha cometido ningún delito. Tú eres el que tienes que hacer todos los fines de semana 1.400 kilómetros, ¿por qué razón? ¿por una razón de seguridad? No es creíble, es una razón de venganza.
La dispersión ha fracasado estrepitosamente: no ha debilitado a ese colectivo y además les ha cargado de razones morales, generándoles una ola de simpatía que la gente no sentiría por los actos que han cometido y que siente por la situación en la que están. El debate que existe ahora en la izquierda abertzale no se ha generado en las cárceles.
Además, si tú generas un sistema de premio y castigo no puedes plantear que estas personas sean las que tengan libertad para tomar una decisión u otra. Sus decisiones dependen de ser premiados o castigados, es lo contrario de una decisión libre.
Les acusaron de haber participado en el atentado contra Múgica, un concejal de UPN en Leiza, a él, a su compañera y a dos amigos de la cuadrilla. Las torturas fueron brutales. Mi hermano pasó doce días incomunicado y nueve de ellos en el hospital. Hasta cierto punto fue afortunado porque no tuvo que pasar los cinco días que pasaron sus compañeros en comisaría.
Les detuvieron a Castellón, los llevaron a Pamplona y de ahí a Madrid. El viaje a Madrid fue un infierno. Estuvo dos años en la cárcel de Soto del Real. Fue absuelto, pero si no me equivoco quedó todo archivado. Al final reconocieron que el trato no había sido del todo regular, pero no reconocieron las torturas. Fueron los tiempos de Martxelo Otamendi [director de Egunkaria], de acusaciones increíbles y torturas muy salvajes. Pero nadie fue condenado. Aquello afectó mucho a mi familia. A mis padres les cambió.
El problema de las torturas tiene dos partes: el Estado dice que se denuncian sistemáticamente, pero también las niega sistemáticamente. Por otra parte, la mejor forma de evitar denuncias es eliminar las condiciones en las que se dan esas denuncias: el sistema de incomunicación. En la idea de Sabino Arana seguramente éramos una raza superior. Pero es muy poco probable que seamos tan inferiores como para que siempre que detienen a un vasco acabe en el hospital.
No sé qué pensarán debajo de Burgos, pero aquí no hay ninguna duda al respecto. Cualquier persona que responda honestamente admitirá que aquí se ha torturado impunemente y de manera sistemática, con un objetivo político, el de la autoinculpación, que habrá resuelto algunos casos, pero que ha generado otro montón de víctimas.
La tesis de ‘todo es ETA’ ha servido para arrasar: que ETA esté de acuerdo con una idea no implica que esas ideas sean propiedad de ETA
Los intentos que ha habido desde dentro han sido fallidos. El Plan Ibarretxe era un intento. El Estatut catalán era otro. Hasta ahora el problema era la violencia, no el independentismo: se podía ser independentista como ser del Athletic o que te guste el reaggae. Pero no sólo tiene que quedar ahí: tienes que poder escucharlo, tienes que poder ensayar, poder ir a los conciertos… Poder ser es algo más que poder ser teóricamente.
¿Cuál es el problema, cuál es el miedo? O votos o bombas, esa es la elección. Votos. Pero esos votos se van a respetar. Si no, el problema ya es otro: que no tienes opción a desarrollar tu proyecto político, que se considera legítimo, pero que está coartado constitucionalmente. Si es legítimo y es democrático, necesita cauce democrático. Y corresponde al Estado abrir ese cauce.
La gente ha premiado el intento por cambiar las cosas. Éste es un país con una gran cultura política, de voluntariado, de acción social… En los últimos años se había anestesiado ese interés por la política porque había un agotamiento respecto a la situación de bloqueo que vivía el conflicto. Era algo que afectaba especialmente a la izquierda abertzale, la parte políticamente más dinámica.
La desconfianza surge porque ya se han vivido anteriormente otras experiencias que no han satisfecho las expectativas. Pero cuando la postura del Gobierno y del resto de partidos ha sido restarle credibilidad a ese cambio, aquí la gente cada vez más claramente va viéndolo.
Bildu han sido los únicos que han vendido un mensaje de cambio en términos positivos, con la virtud de venderlo para los suyos y para el resto, lo cual ha generado una ola de simpatía, junto a una menor simpatía por el hecho de estar hostigados hasta el último minuto.
Creo que se presentará, pero no tengo ningún dato para afirmarlo. Dependerá de cómo esté la situación en ese momento, cuál sea el Gobierno que salga de las elecciones…
Dependería también mucho de si Sortu es legal o no: no es lo mismo ser una coalición de dos partidos más independientes, que ser una coalición abierta a más partidos en la que podría estar Sortu, en la que podría estar Aralar…
Si ETA deja las armas no se resuelve el conflicto vasco. Pero en el camino de resolver el conflicto vasco ese es un paso, y un paso importante. Pero no sé si hay un orden lógico de pasos, creo que no hay que obcecarse con el orden, sino con favorecer un resultado final.
En los dos últimos años ha habido decisiones estratégicas muy importantes por parte de la izquierda abertzale, pero ETA tiene unos arsenales considerables, un montón de gente huída, un capital, no es una banda de cuatro locos, tiene una tradición de cincuenta años, una estructura, unos modos de hacer… No es algo que pueda desaparecer como un elemento meteorológico, sino que implica una serie de acuerdos técnicos, de verificación…
Tendrían que trabajar más y mejor, ofreciendo un proyecto no sólo al que está de acuerdo contigo, sino también al que no lo está, un proyecto que pueda competir con el que ofrece el adversario, un proyecto atractivo en todos los sentidos, que no suponga un acoso, que rompa la imagen que tiene de agresión.
¿Por qué ha salido el independentismo del armario en Cataluña? Porque se les ha dicho ‘sólo puedes convivir con nosotros de manera subyugada, vosotros no sois una nación; es más, no sólo no sois una nación, sino que no podéis decir ni que para vosotros sois una nación’. Es la conclusión que muchos catalanes sacan de la modificación del preámbulo del Estatut.
El problema no es eso, sino plantear que ese escenario es más deseable que el que hay actualmente. Se está editorializando a favor de ese escenario en el que se evidenciaba mucho más quiénes eran los buenos y quiénes los malos. En una lectura maniquea de la realidad vasca la situación anterior era mucho más fácil, porque ahora hay que exagerar un caso para que sea portada.
El fin de ETA es un paso más, importante, pero tiene que haber pasos antes y tiene que haber pasos después
El fin de ETA es un paso más, importante, pero tiene que haber pasos antes y tiene que haber pasos después. Un paso positivo por parte del Estado sería que visto el desastre del caso Bateragune la Fiscalía retirase los cargos. Sería un paso significativo, simbólico, aunque no un paso de gigante porque sigue habiendo sumarios políticos abiertos. Sin embargo, a pesar de eso creo que las decisiones de la izquierda abertzale son claras. A día de hoy digo que todavía van a ser más profundos. Por la otra parte tengo mis dudas.
Me sorprende que a estas alturas se plantee la condena o el distanciamiento de ETA cuando lo que recomienda todo el mundo es lo contrario, que se lleve a ETA hasta esa posición. No parece muy buena idea intentar humillar a alguien al que quieres llevar a tu decisión.
La hipótesis de la escisión políticamente igual beneficia a algunos, porque te encontrarías con un problema de seguridad realmente, sin apoyo social y que afecta simbólicamente a esa parte del territorio. Es un cálculo perfecto, pero si te abstraes de las consecuencias de las personas que lo sufren. ¿Promover una escisión tiene algo de positivo? Hay que ser muy mala persona, o alguien muy interesado políticamente o un auténtico inconsciente.
¿Sirve para explicar algo de lo que ha ocurrido aquí reducir el fenómeno de ETA a un fenómeno criminal? Yo creo que no, me avalan cientos de libros, aunque en contra mía estén 46 millones de españoles ¿Realmente el planteamiento de que ETA es sólo y exclusivamente una banda criminal les ayuda a entender algo de lo que ha ocurrido aquí en los últimos 30 años?
Les ayudará a llevar mejor sus vidas, en algunos casos a enriquecerse a costa de esa tesis, en otros a llevar mejor su sufrimiento legítimamente, y éste es el único caso que entiendo humanamente. Pero más allá de eso, para explicar sociológicamente e históricamente lo que ha ocurrido aquí no tiene ningún valor.
Uno de los dirigentes del IRA que murió un par de años después del acuerdo planteaba que a la política no se puede asistir como a los Reyes Magos: la política no te trae lo que tú quieres, sino que te trae en base a lo que tú haces. Y en base a lo que todos hagamos tendremos unas cosas u otras. Yo pediría un proyecto de convivencia donde todos los proyectos políticos sean legítimamente viables. Y si no lo puedo ver yo al menos que lo vea mi hija, la historia de la humanidad se escribe así.