Fuente: Borja Ventura
Fuente: Borja Ventura

El fin de ETA lanza a la izquierda abertzale y debilita al PNV

El de 2011 es el mejor resultado de la izquieda abertzale en cuanto a representatividad conseguida: siete escaños, grupo parlamentario propio y tres senadores. Amaiur ha conseguido romer la barrera de los 300.000 votos, algo que los soberanistas habían conseguido sólo en dos ocasiones. De hecho, sólo en las europeas de 1987 Herri Batasuna consiguió más votos.

 

La izquierda abertzale ha hecho historia. Apenas unas semanas después de que ETA anunciara el final del terrorismo la sociedad vasca y en menor medida la navarra han mostrado su apoyo a la coalición abertzale. En total ha conseguido siete diputados y tres senadores, con lo que supera también el histórico momento que vivieron otro 20 de noviembre de hace 22 años, cuando la Herri Batasuna de Jon Idigoras conseguía cuatro escaños y tres senadores.

Es un éxio que sólo tiene un precedente: las elecciones europeas de 1987, cuando la candidatura que encabezaba el abogado Txema Montero consiguió 360.952 votos. Pero ningún resultado electoral puede ser tan determinante como el de hoy: será la primera vez que constituyan grupo parlamentario propio y, además, un grupo numeroso: sus siete diputados le colocan como la quinta fuerza del Congreso.

El PNV respira, pero con miedo

Con su victoria arrastran al PNV que pasa de ser la fuerza en la que el Gobierno de Zapatero se apoyó durante su segunda legislatura a salvar los muebles por los pelos. Seguirá siendo la fuerza más votada del País Vasco y sólo pierde un diputado, pero ha perdido la hegemonía como grupo nacionalista en Euskadi.

Al menos a los nacionalistas les queda el consuelo de saber que ha mantenido su fuerza en feudos como Álava, donde apenas le ‘rascan’ un centenar de votos, además de crecer en la soberanista Guipuzkoa y mantenerse como la principal fuerza del corazón empresarial de Vizcaya.

Serían unos buenos datos para ellos de no ser porque el despegue de Amaiur amenaza de forma directa las aspiraciones del PNV de recuperar la lehendakaritza. Si los resultados de las generales en Euskadi se aplicaran a unas autonómicas la dinámica sería distinta: los abertzale y los nacionalistas sumarían para formar Gobierno, pero al tener un escaño más sería Amaiur la encargada ‘a priori’ de proponer lehendakari. Sólo un pacto de Gobierno con el PSE le permitiría cambiar las tornas y desactivar a Amaiur.

Navarra se resiste

Si hay un ‘pero’ en las cuentas de la izquierda abertzale éste sería el de Navarra. El pilar sobre el que edificarían su buscada Euskal Herria se les ha vuelto a resistir. De poco ha servido integrar a Aralar en la coalición porque Amaiur sólo ha conseguido superar por los pelos a Geroa Bai, un grupo construido con todos los miembros de la extinta Nafarroa Bai que se negaron a dar el paso con Patxi Zabaleta.

El carisma de Uxue Barkos ha bastado para superar los 40.000 votos y hacerse con el escaño por el que peleaban los abertzale y que hubiera sido su segundo asiento por Navarra.

Así, mientras en Euskadi Amaiur sí desplaza al PNV como primera referencia nacionalista, en Navarra no sucede lo mismo. Un pequeño foco de resistencia independentista y de izquierdas se niega a integrarse con la suma abertzale y consigue competir de tú a tú con ellos: 49.100 votos frente a 42.411.