¿Es lícito exigir en los medios, los tribunales y la calle lo que no se ganó en las urnas?
📩 Suscríbete al boletín pinchando aquí
¿Es lícito exigir en los medios, los tribunales y la calle lo que no se ganó en las urnas?
📩 Suscríbete al boletín pinchando aquí
La monarquía, a pesar de estar tan arraigada en algunos países europeos, es un régimen en franco retroceso. Aunque ha logrado vincularse con éxito a la democracia moderna, su vigencia parece abocada a entrar en conflicto con el sistema.
Que la imagen sea parte fundamental de la política no es nuevo. Pero la dimensión que ha adquirido en tiempos de redes sociales y voto asociado a sentimientos se ha disparado. Y, tras años de auge en otros países, va llegando a España.
Algunas ideas sobre los diez años del final de ETA en un mail que cuesta diez minutos leer.
📩 Suscríbete al boletín pinchando aquí
El Rey no suele hacer uso de los mensajes a la nación fuera de fecha, y si lo hace es para algo muy importante. El coronavirus sin duda lo es, pero ¿acaso los escándalos de corrupción de la familia real no lo son?
Ha fallecido Rubalcaba, y con él se va un hombre que lo ha sido todo en política. Todo salvo presidente del Gobierno, aunque fue candidato para serlo. Y lo fue no por su partido, sino por prestar un último servicio al Estado al que sirvió durante décadas frente a los focos… y entre sus sombras.
La llegada de la democracia trajo consigo la explosión de múltiples manifestaciones humorísticas y artísticas impensables unos años antes. Ahora, décadas después, empieza a hacerse notoria cierta judicialización de expresiones antes toleradas.
En una política cada vez más condicionada por la imagen, las tendencias se contagian. Las camisas blancas arremangadas para los que intentan lucir modernos, las melenas rubias para los ultranacionalistas, las gafas entre el soberanismo…
Da igual cuántas elecciones lleve asumirlo, pero Rajoy se sabe presidente de forma inevitable. Por lo pronto, ha aniquilado a Ciudadanos, su único rival posible, que es precisamente su aliado. Ahora mismo Sólo hay dos alternativas a su liderazgo: revolución interna en el PP o desbocamiento izquierdista del PSOE. Y ambas son improbables a día de hoy.
La política no consiste sólo en mensajes, sino también en imágenes. Claves para cambiar percepciones y fijar ideas, son, sin embargo, habitualmente despreciadas por los políticos patrios. En otros países han hecho de la fotografía oficial una potente herramienta de comunicación política.