A mediados de mayo de 2001, justo después de las elecciones autonómicas en Euskadi, ETA atentó contra Gorka Landaburu. Le había llegado un paquete de una revista a la que estaba suscrito, pero el contenido era un paquete bomba. Sufrió serias mutilaciones en las manos, pero no dejó de escribir. Ahora dirige Cambio 16 en su nueva etapa, tras una gestión que él mismo califica de «mala» y «caótica».
El futuro sigue siendo el futuro que siempre ha sido. Es una revista independiente que no pretenece a ningún grupo editorial, con una línea muy clara de cierto progresismo. Es la revista decana de información general de nuestro país, vamos a cumplir 35 años el año que viene, y en este momento Cambio 16 va a seguir en los kioskos; cabe recordar que la revista tiene suscriptores en 67 países.
Hemos tenido una ruta dificultosa en los últimos años debido a una gestión anterior muy mala, pero seguimos adelante. Actualmente estamos en un grupo que se llama Espacio Información General, con el que tenemos una edición en vasco, Aldaketa Hamasei, hemos sacado en febrero una revista en catalán que se llama Canvi, sacaremos pronto una revista en gallego y queremos sacar la semana que viene un nuevo periódico vespertino que se llama Ahora.
Ya estaba en la calle este diario, pero que hemos recuperado de una situación un tanto caótica. Ese es el trabajo de hormiga que estamos haciendo después de una crisis profunda, pero vamos a seguir trabajando para que Cambio 16 siga en la misma línea de independencia con cierto progresismo y, además, ocuparnos de las lenguas periféricas. Consideramos que estas regiones tienen derecho a tener publicaciones en su lengua propia, que merece un respeto que nadie tiene que recuperar ya que son lenguas de todo el mundo, lenguas españolas.
Cuando ‘Mikel Antza’ fue detenido en octubre del año pasado en el sudoeste de Francia por parte de la policía gala, en uno de los papeles que se encontraron, el dirigente de ETA afirmaba que en 2005 habría que tomar contacto con el Gobierno francés, no se especificaba más. Esto quiere decir que si ETA ve un proceso de paz, que han habido contactos, que no ha habido atentados desde hace 27 meses, aunque sigue existiendo y la semana pasada puso bombas: ve una posibilidad de salida, una negociación con el Gobierno, que es posible siempre y cuando se dé una tregua.
Esta negociación tiene unas repercusiones en las salidas de presos y Francia tiene 156 entre los que hay muchos dirigentes de ETA. Si el proceso se pone en marcha en nuestro país, ETA querría también que el proceso se iniciara en Francia. Por eso, en esa carta que se ha enviado al Elíseo, se explica con la retórica terrorista de siempre que el País Vasco francés tiene una serie de problemas y que el Gobierno francés debe hacerse eco de ellos y habla del acercamiento de presos. Cabe recordar que en Francia la mayoría de presos de ETA están situados al norte, en cárceles de los alrededores de París.
Creo que, en la lógica terrorista de ETA, dado que hay una situación en la que Zapatero ha tendido una mano, siempre y cuando se dé un cese de la violencia y dejen las armas, ellos también quieren que las autoridades francesas se involucren en este proceso. Yo interpreto esto como una táctica de ETA de cara a un posible cese de las hostilidades; quieren involucrar también al Gobierno francés porque si se desbloquea el problema aquí el problema seguiría bloqueado en Francia, con 156 presos.