El poder del Gobierno no es uno, sino trino: el explicativo, el expectativo y el (per)judicial.
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El poder del Gobierno no es uno, sino trino: el explicativo, el expectativo y el (per)judicial.
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Cuatro sucesos en apenas dos semanas muestran que el procés agoniza (por ahora).
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Los líderes del procés se enfrentan al proceso judicial. Al menos los que decidieron no huir de la Justicia y pagar un alto precio: dar la cara y convertirse en símbolos para los suyos a cambio de entrar en la cárcel.
Ni tan inteligible como Carod ni tan ácido como Puigcercós: el actual líder de ERC está demostrando ser lo suficientemente pragmático y paciente como para saber ejercer su influencia desde la cárcel, consciente de que ninguna prisión preventiva dura para siempre.
El líder de Podemos se ha mostrado como un eficiente mediador capaz de llegar donde un presidente del Gobierno no debe: tejió los apoyos más comprometidos de la moción de censura y ahora presta sus servicios aspirando a un asiento en el Consejo de Ministros.
No necesariamente jóvenes, no necesariamente mujeres, no necesariamente técnicos. En una época en la que los votantes buscan nuevas respuestas a sus problemas el mensaje y su forma adquiere una importancia clave ante variables antes más valoradas.
La política no tiene por qué ser dura, ni aburrida. De hecho, una de las formas más efectivas de comunicación política se da, precisamente, en espacios mucho más ‘digeribles’ para los votantes.
La singularidad catalana sigue acumulando rarezas. La última, unas elecciones adelantadas que aspiraban a clarificar el panorama y que lo dejan todo más o menos como estaba: bloqueado.
En una política cada vez más condicionada por la imagen, las tendencias se contagian. Las camisas blancas arremangadas para los que intentan lucir modernos, las melenas rubias para los ultranacionalistas, las gafas entre el soberanismo…
Todo se remonta al final del ‘pujolismo’ y la reforma del Estatut. El independentismo fue creciendo poco a poco en el Parlament en paralelo con los giros en la política nacional, que también fueron decisivos en Cataluña.