La oleada que cuestiona a las instituciones no surge ya de la calle.
📩 Suscríbete al boletín pinchando aquí
La oleada que cuestiona a las instituciones no surge ya de la calle.
📩 Suscríbete al boletín pinchando aquí
Unida pero rota, creciendo aunque amenazada: la UE respira (por ahora)
📩 Suscríbete al boletín pinchando aquí
El cambio de ciclo político empezó mirando, sobre todo, a la izquierda. Con el tiempo, el voto de protesta se ha quedado, pero con cierto efecto rebote: ahora es la derecha más escorada la que gana terreno. Y España es sólo el último país en añadirse a esta tendencia.
La pelea ideológica ha tapado el fondo de un debate pertinente: ¿son tiempos mejores?
📩 Suscríbete al boletín pinchando aquí
La vida política se ha acelerado tanto que en unos pocos años han surgido y han decaído partidos con opciones de formar Gobierno. La pregunta es: ¿triunfan determinadas ideas porque son visibles o se vuelven visibles porque están suficientemente extendidas como para triunfar?
Se tiende a asimilar que sólo los votantes acomodados votan a partidos conservadores y, por tanto, cuanto más acomodados, más conservadores. Lo primero es un prejuicio y lo segundo, directamente, falso: en realidad la historia de los movimientos ultranacionalistas muestra que se han apoyado en las clases más vulnerables.
En estos tiempos de reconversión política, ha surgido un actor inesperado de entre las grietas del sistema francés. Aupado a la vida pública a través del socialismo, pero formado en la burguesía: Emmanuel Macron aspira a ser la apuesta centrista y sistémica a la crisis de identidad de la política gala.
En estos tiempos e apuesta por los candidatos televisivos… y por la dependencia del líder.
Los partidos ultra florecen en Europa, en algunos casos logrando representación en Cámaras y ayuntamientos importantes. A veces, incluso, gobernando