Cuatro sucesos en apenas dos semanas muestran que el procés agoniza (por ahora).
📩 Suscríbete al boletín pinchando aquí
Cuatro sucesos en apenas dos semanas muestran que el procés agoniza (por ahora).
📩 Suscríbete al boletín pinchando aquí
Ya pocos hablan de reformar la Constitución, quizá porque asumen que es casi imposible.
📩 Suscríbete al boletín pinchando aquí
La nueva convocatoria electoral ha clarificado el panorama: Sánchez sigue en cabeza con mucho margen, el PP mejora, Podemos sigue cayendo, Vox irrumpe con fuerza y Ciudadanos se derrumba.
El debate soberanista catalán lleva tantos años en primera plana que ha terminado por condicionarlo todo. Da igual la ideología del partido que sea: en todas las formaciones hay sensibilidades más o menos próximas con el independentismo, y eso afecta a la hora de decidir representantes.
Los sobresaltos empiezan a ser una constante en la política patria de los últimos años. Hasta el punto en que Andalucía podría dejar de ser socialista por primera vez en la democracia, y todo gracias a los votos de una ultraderecha que ha conseguido regresar a las instituciones.
Ni tan inteligible como Carod ni tan ácido como Puigcercós: el actual líder de ERC está demostrando ser lo suficientemente pragmático y paciente como para saber ejercer su influencia desde la cárcel, consciente de que ninguna prisión preventiva dura para siempre.
La política no tiene por qué ser dura, ni aburrida. De hecho, una de las formas más efectivas de comunicación política se da, precisamente, en espacios mucho más ‘digeribles’ para los votantes.
La singularidad catalana sigue acumulando rarezas. La última, unas elecciones adelantadas que aspiraban a clarificar el panorama y que lo dejan todo más o menos como estaba: bloqueado.
Todo se remonta al final del ‘pujolismo’ y la reforma del Estatut. El independentismo fue creciendo poco a poco en el Parlament en paralelo con los giros en la política nacional, que también fueron decisivos en Cataluña.
El procés ha acabado por devorar a su padre. Artur Mas ha tenido que sacrificarse para que el plan que él impulsó salga adelante, ya que era la condición exigida para que la mayoría soberanista sumara. Todo un aviso para navegantes: gobernar lo es todo si se quiere seguir con vida (política)