Unida pero rota, creciendo aunque amenazada: la UE respira (por ahora)
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Unida pero rota, creciendo aunque amenazada: la UE respira (por ahora)
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En geopolítica se habla mucho del ‘soft power’ o poder blando, algo que se refiere a la capacidad de ejercer un control sin imponerse por la fuerza. Y China, en liza para ser la potencia hegemónica del mundo, sabe mucho de eso.
Las crisis nunca llegan en el momento adecuado. Pero la pandemia por el coronavirus ha tenido que originarse justo en la primera economía mundial y en el momento en el que la segunda ha perdido la confianza del mundo.
La investigadora Yuen Yuen Ang escribe acerca de una de las transiciones económicas y sociales más marcadas de la historia reciente: de la más absoluta pobreza a convertirse en una enorme potencia mundial.
Migrar siempre implica un desgarro. El frágil equilibrio entre las tradiciones familiares y el mundo nuevo que conocen sus hijos, ahora en un país lejano. Esta es la historia del desgarro de los emigrantes chinos en España.
La influencia entre países ya no se establece en largas y costosas guerras, sino con nuevas formas de colonialismo. Desde el apoyo a áreas afectadas hasta la explotación minera, todo vale en una guerra global.
Las posibles injerencias rusas en las elecciones estadounidenses han hecho evidente una tensión latente durante años: hay una nueva Guerra Fría, más sutil, menos cruenta, y su nuevo terreno de combate son las redes sociales.
Nadie lo esperaba, pero ha sucedido: Trump ha ganado. El motivo principal que nadie vio venir: logró hacerse con una de esas armas invencibles, los sentimientos
Pocas ironías más notorias que la de un cuerpo político enfermo con un corazón aún más enfermo. Si la UE necesita fortaleza, la capital de facto no es precisamente la que predica con el ejemplo: Bélgica ha demostrado ser un país inestable y con un futuro amenazado por sus tensiones identitarias, tan alejadas del espíritu comunitario.
La nación más opaca del mundo, y -según occidente- una brutal dictadura feudal atrapada en el tiempo. Corea del Norte tiene todos los ingredientes para ser escenario de una distopía… pero también para ser un fenómeno pop.