La política antiterrorista es una de las armas arrojadizas favoritas de nuestros políticos. Sin embargo, cuando les ha tocado gobernar, todos han hecho concesiones intentando conseguir acabar con el terrorismo.
La política antiterrorista es una de las armas arrojadizas favoritas de nuestros políticos. Sin embargo, cuando les ha tocado gobernar, todos han hecho concesiones intentando conseguir acabar con el terrorismo.