
Manu Egaña es concejal de Bildu y dice que no tiene “nada que demostrar”. “Desde que tengo uso de razón he estado en todas las concentraciones que se han hecho en Oñati cada vez que ha habido un atentado”. No habla en nombre de Bildu, sino en el suyo propio, cuando dice que siempre ha demostrado “estar enfrente de la estrategia violenta de ETA. Otra cosa es que los que estamos dentro algunos hayamos hecho diferentes caminos para llegar a este momento”.

En la mesa de al lado un grupo de adolescentes desayunaba. Su ropa era más cara de lo que mi nómina seguramente podría pagar. Hablaban sin parar, pero sin mirarse, absortas como estaban en las pantallas de sus móviles, tecleando sin parar, deteniéndose sólo a mirar su propio reflejo en la pantalla del aparato para ajustarse el pelo. Eran tan pijas que, cada tres palabras, decían una en inglés. Reían de cosas que no entendía y, pese al frío, salieron fuera a tomar el café –con leche de soja, supongo, y vete tú a saber cuántas cosas raras- para poder fumar.

El de 2011 es el mejor resultado de la izquieda abertzale en cuanto a representatividad conseguida: siete escaños, grupo parlamentario propio y tres senadores. Amaiur ha conseguido romer la barrera de los 300.000 votos, algo que los soberanistas habían conseguido sólo en dos ocasiones. De hecho, sólo en las europeas de 1987 Herri Batasuna consiguió más votos.

La secretaria general del PP recorre la serranía de Cuenca, pueblo a pueblo, para visitar zonas afectadas por un incendio. Se acerca la campaña electoral, y las jornadas se vuelven maratonianas. Acepta de buena gana la compañía durante el viaje en el coche de sus escoltas, y no tan de buena gana las preguntas sobre el 'caso Gürtel'. Así es un día siguiendo a Cospedal

Los lobbys de varios sectores han presionado para bloquear algunas apps, plataformas y servicios que amenazan sus mercados tradicionales. Esto, que cada vez sucede con mayor frecuencia, puede estallar en breve con avances importantes en lo tecnológico como los que plantea el coche robótico en el que trabaja Google

Su nombre es Sergio Santisteban, y es Sargento de Infantería. Ha participado en dos guerras, la de Bosnia y la de Irak. En ella fue herido, pero ese fue sólo el principio de sus penurias. Una serie de negligencias en la repatriación y en la atención médica le arrastraron a una situación psiquiátrica crítica, con episodios de alcoholismo e intentos de suicidio. Ahora, como delegado de la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME), cuenta su historia para que la gente sepa qué pasó. "Miedo no le voy a tener a un general o un ministro porque no le vaya a gustar lo que digo", afirma.